En el primer tercio del siglo XVIII, las sesiones de fuegos de artificio en honor a San Roque tenían lugar en el Campo de la Feria a partir de las diez de la noche del día 16 de agosto, y espectáculo pirotécnico que volvía a repetirse dos días después (remitimos a nuestro trabajo «La mala vida en Betanzos en el primer tercio del siglo XVIII«, publicado en el Programa Oficial de Festejos 2012).

Era una de las grandes atracciones de los festejos, y sin duda la diversión con mayor impacto visual y que causaba mayor impresión en las gentes por la asombrosa transformación monocromo de la noche en día, lo que le valdría la consideración de número imprescindible dentro del programa festivo en honor al Santo Patrono de Betanzos. Esta función de fuegos artificiales venía ofreciéndose desde el siglo anterior, cuando menos, y celebración de la que hemos tratado con anterioridad (véase nuestro artículo «Las fiestas patronales del año 1648«).

El 14 de junio del año 1701, se formalizaba una escritura de concordia ante el escribano Juan Méndez del Corral, uno de los del número de la ciudad de Betanzos, en la que intervenían el también escribano Antonio Fernández de Soto y el fiscal Juan López de Mato y Castro, vecinos de la misma y mayordomos de la Cofradía de San Roque de dicho año, y José García de Seares, maestro «de hacer fuegos» vecino de La Coruña, por la que contrataban los fuegos artificiales que se harían estallar en la noche sanroqueña, en los siguientes términos:

«…y para Celebrar su fiesta y festejos del glorioso Santo estaban ajustados y conbenidos con dho mrº (maestro) para que aga los fuegos para dha festibidad los quales son los siguientes: Seis montantes con tres bolsas de busca pies cinco brebas y un Coete al principio; qtº (cuatro) Calabacas o granadas de a tres docenas de busca pies cada una; tres docenas de carretillas cada una con su trueno cada uno; tres docenas de Coetes de lamparillas con un trueno cada uno; dos docenas de Coetes de Culebrilla con un trueno cada uno; dos docenas de Coetes de pie de cabra de a dos truenos cada uno; dos docenas de Coetes de Cometa con dos truenos; dos docenas de Coetes de a tres truenos cada uno; otra docena de a qtº truenos; dos estrellones con cinco Ruedas cada uno y con cada Rueda su bolsa de buscapies con sus guias; Docena y media de truenos de Rastro con sus guias; ocho docenas de boladores; quatro Ruedas con sus tienpos cada una; thodos los quales en la forma y calidad Refda (Referida) los ha de dar echos dho maestro y Puestos en esta Ciud para primero de agosto remetiendo los otorgtes (otorgantes) mayordomos personas que traygan dhos fuegos, a los quales ha de tener obligazon dho mrº de venir a traerlos y cubrirlos dando las maderas necsas (necesarias) para uno y otro y admas dello le an de remetir Caballeria a la ciud de la Coruña para venirse a esta y asestirle con gasto thodo el tienpo que en ello se ocupare y dhos fuegos an de ser de buena polbora y echos a vista de maestros que entiendan de la facultad y pr thodos ellos, siendo de dha calidad, le an de dar y pagar quatrocientos y cinqta y quatro Rs de Vellon, cada uno de a trª y qto mrs (maravedis) cada uno, los ducios(doscientos) y vte y siete que es la mitad de dha cantidad los dio y pago aora de presente y contado el dho juan Lopes do mato pr su pte y dho maestro los Recebio y llebo a su poder… y dellos otorgo recibo y carta de pago… Y los otros… Restantes los ha de dar y pagar el dho antonio fes de Soto a dho maestro al tienpo de la entrega y quema de dho fuego a la qal dha paga se obligo… y por los dias que por ello se detubiere le ha de pagr a nuebe Rs dilatandole la paga despues de la quema de dhos fuegos… y Ansi la otorgon (otorgaron) y firmon (firmaron) dhos señores y por no saber dho Josephe grª un testigo a su Ruego siendolo prsstes (presentes) pasqual do Varreiro ssno (escribano) pedro de montaos y Thomas de Varros…[Firmado] Antonio Fernandez de Soto, Juan Lopez de Mato y Castro, Como testigo y a Ruego Thomas de Varros [Rúbrica]. Passo ante mi. [Firmado] Juan Mendez del Corral [Rúbrica]» (Archivo Notarial Coruña. Protocolo 870, folio 40, de Betanzos).

Como se ha podido observar en el documento antecedente, se ofrecía un amplio elenco de fuegos de artificio, muchos de ellos todavía presentes en las meigas noches agosteñas, si bien con el colorido que la ciencia les ha aportado en la modernidad, para mayor deleite, brillantez y refulgencia del nocturno por excelencia.