Las arcas municipales padecieron en todas las épocas de escasez de fondos, debido en buena parte al desequilibro existente entre la recaudación de impuestos y el gasto de los servicios ordinarios y extraordinarios, entre otros factores.

Entre las razones que la corporación esgrimía para justificar estos desajustes presupuestarios, se encontraban los excesivos salarios de los funcionarios y la desvalorización de los ingresos de propios que, a causa de la inflación, se habían visto mermados hasta la mitad del valor que debían producir, y que pretendían actualizar al nivel de los tiempos.

Para solventar la situación, el ayuntamiento acordaba, en sesión del 29 de octubre de 1688, pedir un préstamo de 15.000 reales, con la garantía de los bienes y rentas de Propios:

«…En este ayuntamto se acordo respecto de q la çiudad se alla con muchas deudas del serbicio ordinario y extraordinario y otras y por ellas ministros asistiendo con salarios exçesivos y no se podra remediar si no hes thomando la çiudad a censo la cantidad de quinçe mill rreales y para remediar y rrecobrar mucho de los propios q estan bendidos pr menos la mitad de lo que rrentan dhos ssres dixeron q en la forma q mas aya lugar otorgan al dho sor Dn Alejandro masseda y aguiar poder exspeçial para thomar dha cantidad con todas las clausulas necessas (necesarias) a la pna (persona) o pnas con quien lo ajustare obligando dello todos los Vienes y Rtas (rentas) de dhos propios y no de dhos ssres capitulares de q fueron testigos de dho poder franco (Francisco) Rs (Rodriguez) portero [del ayuntamiento] pedro suares, Rodrigo do couto y aguilar vzos (vecinos) de dha ciud… [Firmado] D. Pedro Gayoso y Parga, Francisco de Puco (Puzo y Aguiar), Quiroga (Matias de Quiroga y Aguiar), Alexandro Maseda, Pedro de Paços y Porras, Manuel Varela (Bermúdez), Alonso de Aguiar Pardo Ulloa, Alonso de Aguiar y Ulloa, Blas Martinez de Villozas [Rúbricas]. Ante mi. [Firmado] Juan Sanchez Roel [Rúbrica]» (Archivo Municipal de Betanzos. Actas Capitulares incompletas. Sin catalogar).

Los capitulares, como buenos administradores públicos, dejaban bien claro que la garantía de la operación de censo afectara a los bienes de los Propios de la ciudad, sin menoscabo de los particulares de cada uno de ellos. ¿No les suena?