La primera administración de lotería y sus aledaños de Betanzos
17 enero 2014 • Blog
In memoriam de nuestro recordado amigo el historiador y poeta
don Conrado Blanco González, cronista oficial, medalla de oro e
hijo predilecto de La Bañeza, fallecido el 16 del corriente, y
amistad que compartía con varias familias brigantinas
oriundas de tierras leonesas.
El 21 de diciembre de 2013 publicamos el artículo «El primer lotero de la Real Lotería Moderna de Madrid en Betanzos«, con motivo de conmemorar el 250 aniversario de su primer sorteo (10 de diciembre de 1763), administración regentada por el «tendero y lotero» Juan Gabriel Vázquez, en una casa que había alquilado al boticario don José Antonio Naveyra Barros y España en la Calle de la Plaza, y que por entonces eludimos señalar para evitar prolijidad.
Dado que hasta el presente no hemos localizado el contrato de arrendamiento, lo que permitiría ubicar el inmueble sin rodeos, hemos procedido a efectuar un padrón calle-hita de los propietarios de esta calle, a través de escrituras públicas (toda una aventura por carecer de índices la mayoría de los protocolos notariales de Betanzos) con el fin de determinar el lugar exacto donde se había establecido la administración de la Real Lotería Moderna en Betanzos, y planteamiento que presentamos a continuación.
El 27 de agosto de 1735, el licenciado don Jacinto Núñez de Barral, presbítero, le traspasaba a nuestro antepasado el regidor don Manuel Antonio Varela Bermúdez, casado con doña Francisca Juana Bermúdez de Castro Freire y Andrade, el foro de su casa sita en Betanzos:
«…y calle de la Plaza della segun testa por la parte de avajo en casas que fincaron del capitan Don Andrés Vázquez Mella y por la de arriba en casa del binculo y maiorazgo de los Pontes y Casa de Santa Cruz de Mondoi y por la delantera aze frente en dicha calle principal…» (Archivo Notarial Coruña.Protocolo 1.025, folio 21, del escribano Juan de Estrada y Araújo, del número de Betanzos).
Se trataba del actual nº 17 de la calle de la Plaza, que continúa en manos de nuestro hermano y familia más inmediata (donde está establecida la firma Raimundo Núñez, fundada en 1839 por don Marcial Núñez Taboada y registrada en 1877). Lindaba por arriba con el actual nº 15, que perteneció al mayorazgo de los Ponte (En los años veinte del pasado siglo, abriría tienda de ultramarinos don Marcelino Alvárez Dopico, por cese de actividad de la razón social Maristany, del mismo género). En 1843, en el antiguo nº 11, comerciaba don Pedro Maristany, inmigrante catalán de 35 años y soltero, y en el antiguo nº 13 doña Antonia Illá, viuda de 46 años, nieta de don José Illá, también catalán y comerciante de comestibles, que había alquilado el actual nº 21 en el último tercio del s.XVIII , una vez desahuciado el lotero). Por la parte de abajo, tocaba con el actual nº 19, que también era propiedad de don Manuel Antonio Varela Bermúdez, por herencia de su abuelo el capitán don Andrés Vázquez Mella (asimismo era propietario, entre otros inmuebles radicados en diversas áreas de la ciudad, de la casa en que habitaba, nº 5 de esta calle, que se la dejaría a su hermana doña María Nicolasa, y en la que habría de nacer el Exmo.Sr. don Joaquin de Ponte Araújo y Varela, Mariscal de Campo y trilaureado de San Fernando, sobrino-nieto y nieto respectivo de los citados hermanos).
Al fallecer sin descendencia don Manuel Antonio Varela Bermúdez, el 30 de junio de 1752, le dejaba esta casa (nº 17) a su sobrino don Antonio Varela Zavala Bermúdez de Castro, abogado de la Real Audiencia del Reino de Galicia y Alcalde de Hijosdalgo de Betanzos (1732), en la que:
«…al presente vive Don Manuel de Aldao, Ayudante de Milicias del Regimiento de esta Capital que ace frente a la Calle que sube a la Plaza del Consistorio de ella y por un lado confina con casa de Domingo Antonio Mariño Procurador y por otro con otra Casa mia que vive Dominga Lopez Vaamonde viuda…» (Archivo del autor. Testamentos familiares s.XVIII, año 1752).
Es decir, que en el nº 15 habitaba don Domingo Antonio Mariño, en el nº 17 don Manuel Aldao (promotor del molino de viento de San Martin de Meirás), y en el nº 19 doña Dominga López Vaamonde. En el bajo de esta última casa se encontraba, según recordamos, la centralita de la Compañía Telefónica Nacional de España (fundada en 1924), regentada por doña Dolores García Teijo; precursora de la oficina del Centro Telefónico Urbano de Betanzos, dependiente de la Compañía Peninsular de Teléfonos (fundada en 1894), con sede en la planta baja y cuerpo derecho del edificio Archivo del Reino de Galicia (Cuyos aparatos instalaba como novedad, a principios del siglo pasado, la firma Núñez y Compañía de esta localidad). Tras el hundimiento de este monumental palacio, el 6 de enero de 1948, habría de ser trasladado el despacho a este inmueble de la Calle de la Plaza (Calle del Castro,Calle Real, Sánchez Bregua), a cuyo cargo habían estado los hermanos don Vicente (padre de doña Dolores), doña Dolores (Lola), doña Carmen y doña Estrella García Don, alternativamente, y cuyo último servicio de atención al público en esta plaza tendría lugar en la Plazuela del Horno (Rúa Nueva nº 8), edificio donde permanecía abierto el Gran Hotel del Comercio en 1902, que además de gran confort, ofrecía cocina francesa y española, luz eléctrica (de la fábrica de electricidad Núñez y Compañía, raíz de la industria hidroeléctrica en las Mariñas dos Condes o de Betanzos), servicio de coches etc., y en el que como símbolo de modernidad y de apertura hacia el turismo «On parle français», según anunciaba por aquellos años.
El 25 de mayo de 1762, el boticario don José Antonio Naveyra Barros y España recibía en foro de la Congregación del Clero, una casa que esta comunidad tenía «…sita en la calle que llaman del que sube de la puerta de la Ciudad a la plaza…», por cuarenta y dos reales de vellón al año:
«…es a saber la mencionada plaza de casa sita en la calle que vaja de la Plaza de Reales Casas Consistoriales de esta ciudad a la puerta de ella, que sale al campo de S. Roque, con su porcion de pared por la delantera arruynada mui rreducida, y algunas piedras de Canteria, a excepción de algunos de los pocos materiales que tiene en dicha Delantera, segun testa por la parte de avajo aire solano y parte al Vendaval en casa del Convento de santo Domingo de dicha ciudad en que bive Dn Joseph Rexiolz pintor; por la de arriva aire travesio en casa de Don Antonio Varela que bive Dª Dominga Lopez Vaamonde viuda de Domingo Sanchez de Vales mercader, por la parte de atras aire nordeste en casa de Andres Antonio Sanchez Vaamonde escribano de rentas caño en medio, y por la delantera en dicha calle y ace frente a casa en que bive Manuel Sanchez de Vales mercader, mediando la citada calle…» (Archivo Notarial Coruña. Protocolo 2.190, folio 63, del escribano Antonio Vidal, del número de Betanzos).
Ya hemos llegado a la casa nº 21 de la calle de la Plaza (actual Rúa do Castro), que debido a su decadencia tendría que construir de nuevo, y que una vez finalizada habría de alquilar a Juan Gabriel Vázquez, quien aprovecharía el bajo comercial para instalar la tienda de quincallería y la primera administración de la lotería en Betanzos. A mediados del pasado siglo, en el bajo de esta casa tenía un comercio de tejidos don Manuel Montes Navaza, y posteriormente su propietario, don Antonio Concheiro Caamaño, instalaría un bazar bajo la inscripción de «Lar», que mantiene en actividad.
El siguiente inmueble, actual nº 23, estaba habitado por el citado pintor don José Rexiolz, y casa propiedad del convento de Santo Domingo que pasaría a manos privadas con motivo de la desamortización (Archivo Reino de Galicia. Hacienda 196-2. Dilucidado por el Juzgado de Primera Instancia de La Coruña, mediante auto del 16 de octubre de 1838), que llegaría a ser propiedad y domicilio del ilustre artista brigantino y buen amigo don José Veiga Roel, hijo predilecto de Betanzos (a propuesta del Grupo Untia, 1980) y en la que fallecería el 9 de febrero de 1976.
En cuánto a don José Antonio Naveyra Barros y España, decíamos en nuestra obra «La ocupación de Betanzos y su Tierra por los Franceses en 1809» (Ayuntamiento de Betanzos 2013, pág.313, nota 359), que de su primer matrimonio con doña Juana Mariño y Crespo no habían tenido hijos, y sí lo criaron, aunque se hubiese malogrado siendo menor de edad. Una vez obtenido el título de boticario a principios del año 1753, se otorgaría la escritura de esponsales, el 4 de mayo de 1753, por don Ignacio Francisco Mariño y doña Bernarda Crespo, como padres de doña Juana, y por don Gregorio da Naveyra y doña Perpetua García de Seoane, como padres de don José Antonio, quien recibiría de dote cinco mil reales de vellón (Archivo Notarial Coruña.Protocolo 1.489, folio 13, del escribano Francisco Antonio de Cortés, del número de Betanzos). Fruto de este matrimonio sería don Jacinto Bernardo Naveyra Mariño, que habría de fallecer antes que su madre, de ahí que don José Antonio manifestara en su testamento que de su primer enlace no había tenido descendencia (Archivo Notarial Coruña. Protocolo 3.376, folio 186, del escribano Francisco Antonio González, Betanzos, 3 de diciembre de 1803).
A la hora de otorgar testamento don Ignacio Francisco Mariño, en Betanzos el 1º de julio de 1762 (Ibidem.Protocolo 2.190, folio 82, del escribano Antonio Vidal, del número de Betanzos), le mandaba a su hermana doña María Isabel Mariño una cama con «un letrero o escudo que dice Jesús Maria y Joseph», a su hijo don José Mariño un espadín con empuñadura de plata y a su nieto el citado don Jacinto Bernardo una caja del mismo metal, que reseñamos por simple curiosidad. Manifestaba que a su hijo don José le había costeado el hábito para ingresar de dominico en Medina de Rioseco y, por no haber profesado, también le había tenido que sufragar los derechos de examen para boticario, con el fin de abrir oficina en esta ciudad de Betanzos. Como sólo tenía por hijos a doña Juana y a don José, disponía que su casa de la Puerta de la Ciudad, que da al Campo de San Roque, quedara para ambos, si bien para ser habitada por doña Juana y familia, la que habría de compensar a su hermano con el valor de la mitad de la renta, y al tiempo que los instituía sus herederos universales.