• Calles de Betanzos

    La plazuela de Casas Viejas y la Mina «La Oculta»

    1 diciembre 2014 • Blog

    La calle y plazuela de Casas Viejas en la actualidadLa calle y plazuela de Casas Viejas en la actualidadLa calle y plazuela de Casas Viejas en la actualidadLa calle y la plazuela de Casas Viejas están orientadas hacia el Suroeste de la ciudad, y situadas al frente del crucero de calles que se forma al final de la Rúa Nueva, con la Calle de la Puerta del Hórreo a la izquierda, la Primera Travesía de la Torre a la derecha (en la actualidad formando parte de la anterior), y al frente Casas Viejas (absorbida por la Rúa Nueva).

    El incongruente cambio del callejero tradicional ha llevado a que se hubiera anulado esta antigua denominación. Una variación del nomenclátor que en el caso que nos ocupa encierra algún que otro misterio, posiblemente por querer olvidar los vergonzosos sucesos de Casas Viejas, provocados entre el 10 al 12 de enero de 1933, en la localidad de este nombre de la provincia de Cádiz, actual municipio de Benalup-Casas Viejas, y acontecimientos que a la larga provocaron la caída del gobierno republicano-socialista de Manuel Azaña.

    Dos días después de la retirada de las tropas francesas de Betanzos y del Reino de Galicia, el 26 de junio de 1809, Ventura Naveira viuda del herrero Pedro Vázquez, le vendía al tablajero Juan de Prado, uno de los dos llevadores del Matadero de la ciudad, conocido posteriormente como «El Cuartelillo», situado al fondo del Mercado de la Verdura y actual Calle de Santiago, por ochocientos reales de vellón:

    «…Una pieza de guerta con una bodega sita detras del Matadero de la Cortaduria de esta Ciudad, sembradura la guerta y fundo de la bodega dos ferrados de centeno del dominio de el Conde de Maceda… confinante al Levante en horno de Pedro Garcia, Poniente en Calle que pasa a las Casas viejas, y por las mas partes zerrada…» (Archivo Notarial de La Coruña. Protocolo 3.029, folio 126, del escribano Domingo Antonio Vázquez, del número de Betanzos).

    Cinco años después, José de la Peña aforaba la mitad de la casa donde habitaba a la Cofradía de las Ánimas, a saber:

    «…La mitad de una Bodega o Rancho mui deteriorado y próximo a abatirse sita más abajo de la Carnicería de esta Ciudad, donde llaman Casas Viejas o Puerta del Orrio de la propia señalada con el numero quatro… Cuia Bodega o Rancho confina por el nordest con la segunda Callejuela de la Cortaduria que sube a la Plaza, Poniente en Camino que ba a la Calle de la Rua nueba por donde tiene su entrada, vendabal en casa de Simón Ares de Parga y por el Levante en guerta de Don José Antonio García escribano de numero de esta propia Ciudad…». (Ibídem. Protocolo 2.803, del escribano Benito Manuel García Pérez, del número de Betanzos).

    El colindante Simón Ares de Parga, era un conocido hornero que había regentado el Horno de la Concepción en la Calle de las Noas, hermano de José que lo era de la Provisión de Víveres, y que tuvieron una destacada actuación durantla Guerra por la Independencia, según hemos publicado en nuestro libro «La Ocupación de Betanzos y su tierra por los Franceses en 1809».

    Mediante el arriendo del Encabezado de la Ciudad en el año 1836, con la novedad de «…que cualquier puja que se haga, sea en fábrica de Calles o matadero, o de entrambos…», en razón que desde 1790 no se había «…puesto una sola piedra en las Calles de la Ciudad misma…», se iniciaba un periodo en el que se incidiría en poner remedio a semejante abandono. Para el año 1837, obtendría el remate don Vicente Torres, a quien se le obligaría al arreglo de la Calle de Casas Viejas a principios de 1838, y realidad que figura en los informes municipales:

    «Casas Viejas. Sección de Policía Urbana. Estando determinado por el Ilmo. Ayuntamiento de esta Ciudad que el Arrendatario del Encabezado del año ultimo Don Vicente Torres, prebenga lo conbeniente para que el Maestro de Obras Don Manuel Fernandez u otro cualquiera construia ciento quince baras de Calle con caño igual a la de los Herreros, en la que llaman Casas Viejas hasta introducir las Aguas en el principal de la propia calle debajo del Arco de la puerta del Puente nuebo desde luego, mando, que los vecinos de dicha Calle bajo la multa de diez Ducados inutilicen los bertientes de aguas que echaron a la espresada calle contrariando los bandos de policía y buen govierno, como igualmente que contruian y empalmen de su cuenta los caños particulares dirigiendo las bascosidades al Principal o Maestro a que ba a darse principio, para lo cual seran intimados por el Beedor don Ramon Nieto. Betanzos Marzo 20 de 1838. [Firmado] Joaquín Pardo [Rúbrica]» (En nuestro trabajo La Calle de las Monjas y el Muelle del Puente Viejo, publicado en el Programa Oficial de Festejos 1996 y en separata por el Excmo. Ayuntamiento).

    El 3 de abril de 1848, el mismo don Joaquín Pardo y Laje, Interventor de Correos, le vendía al carpintero José Paz y Roca y al herrero Evaristo Bugía y Ríos, vecinos de Betanzos:

    «…doce varas de terreno baldio en la Calle o Camino nuebo de Cachiñas al lado derecho marchando para el Puentenuebo, que confina Norte, Casa de Benito Penedo, Armero, que antes ha sido de Manuel Rodríguez, Sur otra casa recien construida de don Vicente Seijas, Capitán retirado, Poniente Camino real que de esta Ciudad ba ala de la Coruña, y Levante con terreno o especie de Calle que de la Puerta del Orrio ba alas Casas viejas, y salido de Don Agustin Pose Regueyra…» (Archivo Notarial de La Coruña. Protocolo 4.096, folio 115, del escribano Juan Arines Montenegro, del número y archivero notarial de Betanzos).

    Con pensión del Ayuntamiento que la había subastado y remate recaído en dicho don Joaquin Pardo por veinticuatro reales anuales, siendo alcalde don Ramón Sánchez Espiñeira, por escritura que pasó por ante el escribano don Manuel García Bendoyro, de fecha 13 de julio de 1842.

    En la sesión municipal del 11 de noviembre de 1880, se daba cuenta de un escrito que habían dirigido a la Corporación los vecinos de Casas Viejas, solicitando que se terraplenen los agujeros de las plicas practicadas por los responsables de la Mina LA OCULTA, motivado a que se encontraba intransitable y que no podían pasar con productos ni utilizar medios de transporte (Archivo Municipal de Betanzos. Caja 30, sin catalogar).

    Con respecto a esta explotación, dos años antes don Juan Pérez Doval, Vicario de las Reverendas Madres Agustinas, en su «Historia y descripción de la ciudad de Betanzos», folio 209, manuscrito inédito del que obra una copia en nuestro archivo particular, y del que únicamente estimamos sus crónicas contemporáneas, registraba la siguiente:

    «…Acerca de esta mina han circulado las más estravagantes noticias y las inverosímiles fábulas obra todo de la imaginación espantadiza del vulgo. Omitiremos aqui los muchos cuentos que acerca de la misma hemos oido y diremos lo que sobre el particular nos han dicho personas enteradas e inteligentes.

    La mina fue empezada a trabajar en tiempo de Carlos 3º, siendo el ingeniero director un tal San Miguel con 8.000 r. de sueldo al año, abrieronse las galerias que hoy hay que son la galería maestra y otras varias de las cuales algunas se ignoran; dicha galeria maestra tiene su entrada por las casas viejas en una plazuela denominada de la Mina, y a otra de las galerías se entra por una casa situada en la Calle de la Ribera frente al antiguo Cuartel de milicias [Vid. nuestro artículo La calle de Sobre la Muralla y la casa de la Mina].

    Después de empezados los trabajos de esplotación, por consecuencia de las guerras y otros trastornos que hubo en España, se suspendieron quedando en el olvido hasta que en el siglo actual habiéndose dado nuevas leyes sobre minas fue denunciada al estado por una sociedad de minas que existe en la Coruña, a favor de la cual se hizo la concesión, pero por falta de recursos y por los grandes capitales que se precisan para continuar en los trabajos no se da principio a la esplotación…

    La expropiación no seria como se cree por algunos de tal especie que hiciese desaparecer del mapa el casco de la Ciudad, nada de eso, pues según nos ha informado uno de los ingenieros de minas que forman parte de la sociedad concesionaria, ni una sola casa tendría que venir al suelo por encontrarse el mineral a la profundidad suficiente para no tocar a las capas superiores de tierra.

    Vistas todas estas ventajas, de necesidad es que se estudie detenidamente esta cuestión a ver si se da principio a la explotación…».

    Transcurrido un cuarto de siglo, en el periódico local «EL PUEBLO» nº 73, del 22 de febrero de 1902, se publicaba un suelto en la sección fija de «CRÓNICA LOCAL», en relación con la susodicha mina:

    «MINAS DE ORO.

    Tenemos á la vista una carta dirigida á un comerciante de esta población fechada en Manises, en 9 de este mes, preguntando por la existencia de una mina de oro en esta ciudad, y de la que se tiene conocimiento en aquella villa valenciana, por personas que se dedican á esta clase de industria.

    Suponemos que la mina á que hace referencia dicha carta debe de ser una de las varias que tiene denunciadas nuestro amigo el procurador de este Juzgado Don Antonio Seoane Rocha, pues tenemos noticias que entre ellas las hay abundantes en oro, plata, cobre, hierro y otros metales, cuya explotación puede llegar á constituir un venero de riqueza».

    Lo curioso de este asunto, es que sobre estas galerías subterráneas de siempre conocidas y comentadas por nuestros mayores, se haya noticiado últimamente a los cuatro vientos que se trataba de un hallazgo y «descubrimiento por los espeleólogos», a la espera de la correspondiente subvención para proceder a su exploración, cual si se tratara de «cuevas neolíticas», en búsqueda de misterios ocultos o de pinturas rupestres, olvidándose de que lo que realmente contienen es oro puro. Por cierto, que la referencia a don Antonio Seoane Rocha, notable anticuario, nos trae al recuerdo a su hija doña Consuelo Seoane, nuestra catequista y buena amiga, que nos entregó una escultura medieval de medio cuerpo del Redentor, y que entregamos a los franciscanos por suponer que pertenecía a su ábside, y extraordinaria pieza gótica que acabó en manos y finca del contratista Sr. Longueira como adorno, durante una restauración de la iglesia de San Francisco de Betanzos, después de haberle ordenado a uno de sus obreros que la cargase en el camión porque la necesitaba para reproducir, y sigue en Perillo (Ayuntamiento de Oleiros), y hecho que pusimos en conocimiento de nuestro Ayuntamiento el 21 de septiembre de 1983, registro de entrada 1.823.

    Salvado este inciso, en el periódico citado del 11 de julio de 1901, se trata sobre la composición de las escaleras de la Puerta del Hórreo, con una crítica al Ayuntamiento por asegurar que las obras se habían realizado por tener allí su casa un concejal. Como remate al artículo ofrece una solución al problema de Casas Viejas, y añade:

    «…allí hay amontonadas piedras de pizarra sobrantes de este arreglo que podrían destinarse á construir por los peones del municipio un muro en seco de contención de las tierras de la plazuela de las Casas Viejas, donde hay ocho plátanos á unos metros más adelante donde paró la obra municipal, pues los vecinos siguientes á la casa del Sr. Barús se quejan y con razón de que en cuanto caen cuatro gotas, las aguas arrastran las tierras de la citada plazuela por la calle abajo hasta el arco del Puentenuebo, sin que sirva de nada el encachado de la citada calle del Hórreo para tener limpia la expresada vía…».

    El 19 de diciembre de 1906, Francisco Gómez Folla le vendía a don Policarpo Navaza Bugallo, Procurador de los Tribunales, vecinos de Betanzos:

    «…Una casa señalada con el número diez y nueve sita en la Calle de Sánchez de Taibo de esta referida Ciudad. Linda al Norte o sea el frente con dicha Calle; Sur, terreno de la misma casa hoy casa de nueva construcción de Don Ramón do Pico, Este plazuela de las casas viejas y Oeste casa de las Señoras de Meás. Propia…» (Archivo Notarial de La Coruña. Protocolo sin signatura, folio 1.055, del escribano Emilio Pérez Alonso, del número de Betanzos).

    En precio de trescientas pesetas, con la condición de que si se las devuelve al Francisco Gómez en cinco años la venta quedaría rescindida, lo que suena más a préstamo que a una compra.

    Con la reforma implantada por el Ayuntamiento en la sesión del 21 de abril de 1988, se suprimiría entre otras la calle y plazuela de Casas Viejas, que en el caso que nos ocupa y según va dicho pasaron a integrarse con la Rúa Nueva, una medida que consideramos arbitraria, por cuanto afecta al nomenclátor tradicional de nuestra ciudad, y que se debe subsanar con la recuperación del nombre originario.

    En el primer tercio del siglo XX, se conservaba el rótulo de azulejo en blanco y letras azul cobalto que señalaba la calle que desde la Puerta del Puente Nuevo conducía por intramuros a la Puerta del Hórreo, rezaba «Travesía para las Casas biejas» con minúscula que es lo que resta de Betanzos de los Caballeros. A mediados del siglo XIX se llamaba «Calle de arriba del Puentenuebo».

    Según se ha visto, Casas Viejas se conectaba al final con la Plaza Mayor o de la Constitución por la 2ª Travesía de la Cortaduría, y al principio con la Calle de la Cortaduría, hoy Calle de la Torre, por la 1ª Travesía de la Torre, actual Calle de la Puerta del Hórreo, por absorción. Entre ambos accesos se levantaba un antiguo lienzo de la primera muralla de la ciudad, a cuyos pies se encuentra la calle y plazuela de Casas Viejas desde donde se abrieron unas escaleras de enlace con la 1ª Travesía de la Cortaduría.