El pendón de la ciudad (y IV)
Publicado en Betanzos e a súa Comarca el 01/03/2003. Página 30.
El Pendón tremolado figura en el tercer asiento de la relación de gastos de la Real Proclamación:
«Ochocientos reales para el Pendón de Damasco Carmesi, con su flequillo y Borlas de ylo de Seda y oro, hasta dorada, y con los Escudos de las Armas desta Ciudad y Monarchia».
Y partida que justifica la confección de uno nuevo, puesto que con las innumerables salidas que la Corporación Municipal efectuaba en el Antiguo Régimen, era lógico que la enseña necesitara de continuos reparos de no tener que reponerse, según se observa en las fuentes documentales que manejamos.
Con la abdicación de Carlos IV, el 19 de Marzo de 1808, accede al Trono su hijo Fernando VII, que reinaría con el sobrenombre de «El Deseado» por el entusiasmo con que fue acogida la noticia y el enorme júbilo mostrado por la población.
El 6 de Abril de 1808, se firma la Real Orden que disponía los actos para la proclamación del nuevo Rey, de cuyo contenido se da cuenta en la sesión celebrada por la Justicia y Regimiento de la ciudad de Betanzos el siguiente día 23, en la que se aprueba el presupuesto «para festejar un acto tan solemne», a cuyo fin solitica autorización al Real y Supremo Consejo de Castilla, a través del Contador General de Propios y Arbitrios del Reino de Galicia, para que los 58.280 reales «Necesarios para la proxima proclamacion que se manda de nuestro nuebo Soberano», sean satisfechos con cargo a «sus Propios Sobrantes exsistentes y de los que resulten en adelante».
De la cantidad reseñada se destinaba «Para un Dosel de terciopelo Carmesi, con Galon y fleco de oro, respecto el que hay se hizo en la aclamación del Señor Don Fernando Sexto y allarse casi ynservible Seis mil reales» y para «Un Pendón con las Armas Reales bordadas de Realce un mil y Quinientos Reales». Un acuerdo que nos permite mantener la tónica asumida sobre la pérdida material de la enseña municipal.
Tras el alzamiento contra los franceses, se produce la invasión de Galicia por las tropas napoleónicas, cuya entrada en Betanzos tuvo lugar el 11 de Enero de 1809. La ciudad sufrió una dominación de seis meses escasos, si bien el saqueo continuo y general lo padeció durante los primeros cuarenta días, en los que:
«no solo ha perdido el archivo de sus papeles que ha sido victima del furor de ellos, sino tambien de todo el omenaje y equipo de su Casa Consistorial…» (Sesión del 13.02.1815. Trabajo del autor en Untia 3).
Una crónica suficientemente ilustrativa sobre el paradero del Pendón de la ciudad, víctima histórica del ensañamiento practicado.
A resultas de tan fatídico destino, la ciudad hubo de confeccionar nuevas insignias en 1815, con motivo de la proclamación del retornado Fernando VII, cuyo coste ascendió a 47.013’10 reales de vellón librados sobre los Propios y Arbitrios, en cuyo décimo asiento se justifica la inversión como sigue:
«10. Quarenta y siete mil trece reales y diez maravedis vellon que se gastaron en las Reales funciones de Proclamacion de nuestro amado Rey el Señor Don Fernando Septimo que Dios Guarde, que se celebraron en esta Ciudad en los dias y noches de los nuebe, Diez y onze de Agosto de ochocientos quince, a virtud de Orden de S.M. comunicada con fecha onze de Marzo de dicho año de quince por su Secretario y del Despacho Unibersal de Gracia y Justicia el Excmo. Señor Don Tomás Moiano, incluso el coste del Real retrato de S.M. su marco con Corona dorada, Mazas, Dosel, Estandarte, Ropas de Reyes de Armas, Maceros, Behedores y Alguaziles, que fue preciso hacer para el maior aseo y adorno de dicha funcion, como todo ello muy por menor resulta de la quenta que dieron y presentaron los Señores Capitulares Comisionados para correr con ella Don Juan Ignocencio Martinez y Don Manuel Roldan y Gil y el Procurador General Don Jose de Martin y Andrade que con testimonio de dicha Real Orden y correspondientes Documentos que la justifican y apoyan, Decreto o Acuerdo de aprobacion puesto a su continuación por esta Muy Noble Ciudad y Libramiento expedido a favor de los sobre dichos… « (A.M.B. Cuentas de Propios. Caja 1.647).
Los vaivenes políticos que marcaron la vida española durante el siglo XIX, y el consecuente abandono a que se vieron sometidos algunos símbolos institucionales, tuvieron su repercusión en la ciudad de Betanzos sobre todo a partir de su último tercio, en que el ayuntamiento se declina por la utilización del Pendón cuadrangular, de terciopelo y con el blasón de la ciudad de plata, quedando postergado el tradicional y más antiguo en el que figuran bordadas las Armas Reales y de la Ciudad. Esta situación alternativa se mantuvo hasta finalizada la contienda civil de 1936, en que observado el deterioro del damasco, se procede a la confección de un nuevo pendón al que se incorporan los escudos de armas pertenecientes al antiguo.
La última actuación sobre esta histórica insignia representativa y de jurisdicción, fue aprobada por la Comisión Municipal Permanente del 19 de Junio de 1979, en la que «se acordó facultar ampliamente a la Alcaldía para que ordene se proceda a restaurar el pendón de la ciudad». El Alcalde de entonces, Don Vicente de la Fuente García, conocedor de las cualificadas conexiones de Don Alejandro Barral Iglesias, director del Museo Catedralicio de Santiago y experto diocesano en materia de restauraciones artísticas, no duda en involucrarlo en el proyecto, con el brillante resultado obtenido por las Carmelitas de Santiago, mediante delicada y esmerada intervención sobre las Armas Reales y las de Betanzos «bordadas de Realce» en el Pendón de la Ciudad.