El pendón de la ciudad (I)
Publicado en Betanzos e a súa Comarca el 01/12/2002. Página 30.
«E esto tuvierõ que era mucho estraña cosa, que aquellos a quien los Reyes davan señas,
e pendones, por fazer les honrra, q les deshõrrasen ellos, despues con ello,
parando se les en contrario, con el bien que dellos recibieron».
(Las Siete Partidas. Segunda partida. Título XXIII. Ley XV.)
Es la seña que los monarcas concedieron a los lugares y poblaciones exentos, como expresión de sus libertades y de su capacidad para la recluta de gente armada en defensa del Reino, y se identificaba como el símbolo de autoridad de la jurisdicción real que representaba. Tiene su origen en la necesidad de congregar a las tropas concejiles que se reclutaban para acudir en ayuda del rey, como referencia para su reagrupación en los campos de combate, e indicador del puesto de mando, entre otras funciones.
De la antigüedad de los pendones, es significativa la regulación del rey Alfonso X «El Sabio», en las Siete Partidas, al afirmar que «Mas las mayores señales, e las más conoscientes, son las señas o los pendones… E estas señas, e pendones, son de muchas maneras, assi como adelante se muestra» (Segunda partida. Título XXIII. Ley XII). A continuación determina su utilización «otrosi las pueden traer concejos de cibdades, o de villas» (Ibidem. Ley XIII), y en la siguiente de las leyes, titulada «Quantas maneras son de pendones», señala que «otra seña y ha que es angosta e luenga cótra fuera e partida en dos ramos», que es la disposición asumida para el pendón de la Justicia y Regimiento de Betanzos.
La enseña o pendón municipal que ha llegado a nuestros días, mantiene el color carmesí propio del Reino de León, posiblemente asumido por nuestro Concejo al tiempo de la concesión del privilegio sobre el traslado de la población para el Castro de Untia, otorgado por Alfonso IX, rey de Galicia y León, en el año 1219, y que hemos publicado en el año 1985. Observa unas dimensiones de 1’80 m. de vuelo, 1’04 de batiente y 0’68 desde el astil al vértice de conjunción de las farpas. Todo el damasco se enriquece con un fleco de oro que se remata en sus extremos con sendas borlas del mismo metal. El escudo de armas municipal figura en la tercia al asta, como punto de honor de la Seña, en disposición aovada de 40 x 27’50 cm, y en el reverso ostenta las armas de Castilla y León de 35 x 21 cm, primorosamente bordados. La corbata, confeccionada con el mismo tejido, se guarnece igualmente con fleco de hilo de oro, y se anuda en la garganta de la moharra, que es de plata. El asta, compuesta de dos piezas proporcionadas ajustables, mide 2,21 m, regatón y punta de lanza incluidos.
Otra pieza de la Sala de Armas de nuestro Ayuntamiento, de confección decimonónica, y que excepcionalmente fue utilizada por la Excma. Corporación Municipal, está confeccionada con terciopelo carmesí, y forrada en raso del mismo color. El anverso se compone de tres piezas de 49’6, 40’7, y 40 cm. de arriba abajo respectivamente, que conforman un batiente de 1’303 metros, y 1’360 de vuelo, de forma cuadrangular, bordeada con fleco de hilo de oro y con sendas borlas del mismo material en sus extremos. El escudo de armas municipal, realizado en plata, se sujeta mediante una argolla situada en el reverso de la corona real que lo timbra, habiendo ocupado el corazón, y desplazado hacia el tercio alto por rotura del tejido; tiene unas dimensiones de 30’5 cm. de alto por 22,5 cm. de ancho. La corbata, también de terciopelo, aparece con fleco de oro en sus farpados extremos, y anudada a la garganta de la moharra. El asta mide 2’43 m, regatón y punta de lanza de bronce incluidos.