Requisa de aguardiente en el siglo XVII: el equipo de un ‘Poteiro’
Publicado en Betanzos e a súa Comarca el 01/10/2004. Página 30.
Además de Marcos Mazás, también ejercía el oficio de aguardentero Bernabé González, vecino de Betanzos, de quien únicamente sabemos que se encontraba recluido en la cárcel pública en 1649, por el impago de una deuda a su debido vencimiento.
El 5 de Junio de 1649, los sombrereros Alonso da Cal y Antonio Díaz, vecinos de Betanzos, otorgan escritura de afianzamiento ante el escribano Juan Sanjurjo, uno de los del número de le ciudad, y:
«dixeron que por cuanto en la carzel pública della estaba preso y detenido Bernabé González, aguardentero vecino de la dicha ciudad, por rresto de çierta deuda que le pedía el Capitan Don Antonio do Puco y Aguiar, según y conforme a una escritura de remate y mandamiento de pago… que por no tener dineros ni de que sacarlos al presente, abía pedido espera al dicho Don Antonio do Puço, con quien abía ajustado la rrenta en ciento y sesenta y un Reales, dándoles por ellos fianzas a pagárselos a la mitad a fin de nobienbre que biene del presente año, y la otra mitad para fin de novienbre del año de mil y seiscientos y cinquenta primero que viene y con esto consentía su soltura… y ban ynclusos unos veinte reales que el dicho Don Antonio do Puco decía le debían dichos Bernabé González y Fernán Afonso, por la diezma de çierta naranja que abían cargado…» (Archivo Histórico Notarial de La Coruña. Protocolo 275, folio 398).
Puede observarse que, al igual que su colega Marcos Mazás, el detenido se había dedicado a le exportación de frutas, sin duda para complementar los limitados ingresos que obtenía como fabricante de aguardiente; como también la práctica usual de fijar los pagos aplazados de las economías rotas a fines del mes de noviembre, el mes de la Feria Franca, de esperanzada recuperación.
En cuanto a loa establecidos por el contorno, nos servirnos del testimonio formalizado, el 13 de enero de 1648, por «Francisco de Paredes, aguardentero vezino de la ciudad de La Coruña», ante el escribano Pedro Ares de Guntin, del número en San Pantaleón das Viñas, en presencia de Pedro Pérez Palmeiro, alcalde de la feligresía de Santa María de Miño. El aguardentero había instalado en «Bemantes su posada dende seis semanas a esta parte, poco más o menos, adonde fabricava aguardiente y que teniendo en ella una Pipa más que mediava, era venido a su noticia que el Señor administrador de millones se la avia llevado y sacado adonde ansimismo tenía los instrumentos con que la azía y sacava…», un embargo seguramente ejecutado por no haber declarado su introducción, y como medida coercitiva para obligarlo a justificar el pago de los derechos debidos a Su Majestad.
Como consecuencia de esta requisa, Francisco de Paredes solicita el recuento de sus pertenencias para justificar su reclamación ante la Justicia:
«y avierdo llegado a la puerta de la dicha casa, alló un candado çerrado y otra çerradura sin llave, y la del dicho candado el dicho Francisco de Paredes le entregó la llabe y aviéndolo avierto con ella, se allaron dentro de la dicha casa los alaxes y bienes muebles seguientes:
Una caldera de cobre grande destilar agua ardiente.
Unos canos de cobre ansimismo destilar dicha agua ardiente.
Un Pote destano y un caço de cobre y un pichel destano de azumbre, dos platos de palo y dos escudillas de lo mismo y una olla de barro, y una cuchar de yerro, y un xargón lleno de paja, y una tinaxa de fabricar el aguardiente con sus arcos de hierro, una bazía de palo y un casco de un barril de Porte de asta doze catorze azumbres, una ucha pechada, y más tres mantas y una sabana, y un cuchillo de hierro y una rrapa de hierro, que todo ello dixo el dicho Francisco de Paredes ser suyo, y bisto lo suso dicho por el dicho alcalde depositó los dichos vienes en poder de Juan Lopez Marabillas, vecino de la dicha feligresía y le entregó la llave de la puerta del dicho candado y le mandó los tubiese en su poder juntamente con una barrica de bino de porte de zien azunbres que dixeron ser de Antonio Gomez, vecino de Moruxo, y no acudiese con ellos ninguna persona sin su licenzia… [Firmado] Como testigo Domingo Palmeyro [Rúbrica]. Pasó ante mi. [Firmado] Pedro Ares de Guntin [Rúbrica]» (Ibidem. Protocolo 236, folio 5).
El documento antecedente merece ser analizado, por una norte nos ofrece una interesante relación del equipo imprescindible para un «Poteiro», con todo lo que ello representa; por otra se desprende que efectuaba la fabricación en la casa de posada, en la que admite vino para su destilación de un vecino de Moruxo, es decir que ejercía el oficio de asiento, aunque sólo fuera por cierto tiempo; y por último evidencia el talante del recaudador del impuesto de consumos de dicha feligresía, que se había llevado la «Pipa» en ausencia de su propietario, motivo que sobradamente justifica el levantamiento del Acta.