La participación de Betanzos en la guerra con Portugal (II)
Publicado en Betanzos e a súa Comarca el 01/07/2002. Página 12.
«Las muchachas de este pueblo ya no se pueden casar
porque el rey llama a los mozos al servicio militar»
Hemos visto como los soldados de leva eran concentrados y retenidos en las Reales Casas Consistoriales, para partir hacia la frontera bajo las órdenes del alférez de su compañía. En cuanto a los infantes de pila se refiere, eran conducidos por un «tropista» y sus ayudantes, quienes percibían por este cometido un tanto por cabeza, según se contempla en un contrato suscrito ante el mismo escribano anterior, en Betanzos el 2 de Septiembre de 1660, en el que puede leerse:
«de la una parte Pedro de Mouricio, sastre, como principal y Juan douteiro, cerrajero, y Juan Pineiro y Francisco Gomez degonte ansirnismo sastre, todos bezinos de dicha ciudad, todos como sus fiadores y todos… dijeron que por quanto su merced el Regidor don Pedro Pineiro do Bilar, Cavo diputado de los ynfantes de pila de dicha ciudad, su jurisdiccion y provincia, les abia entregado aora de pressente treinta ynfantes de dicha provincia esposados; socorridos y con sus espadas, de cuya entrega y recivo yo escribano doy fe, para que los llebasen a la frontera de Portugal para cubrir las pracas della en defensa deste Reyno y por cada uno dellos avía rescivido el dicho Pedro de Mouricio a racon de trece Reales por racon de su trabajo de yda, buelta y estado, por tanto se obligaban… so pena que si dejasen uyr o ausentar alguno dellos pagaran por cada uno cien Ducados, para por ellos acer y llebantar otro soldado que sirba en lugar del que uyere…».
El desconsuelo de la familia ante la marcha del ser querido, la tristeza que embargaba a su entorno más íntimo, prometedor de ilusiones futuras para la formación de un nuevo hogar, y la privación de brazos tan necesarios para la labranza, se recrudecían con las fianzas que los padres debían de aportar para garantizar el buen servicio a prestar por sus hijos y evitar cualquier amago de huida o deserción; toda una incertidumbre para el porvenir. En este sentido se comprometen los labradores Sebastián do Castro y Andrés Pas do Castelo, vecinos de la feligresía de San Pedro de Burís, jurisdicción de Monfero, padres respectivos de Pedro Díaz do Castro y de Blas Paz, en Betanzos el 25 de Junio de 1660, ante el escribano Domingo Amenedo:
«dijeron que por quanto los dichos sus hijos estaban nombrados por los bezinos de dicha feligresía de Buris para ir serbir a Su Magestad que dios (sic) En la frontera de Portugal por soldados infantes de pila y para que en el biaje de la tropa que al pesente sestá formando…que a de salir manana veinteseis deste, en que ba por tropista Juan de Barros de Traba, con orden de Su merced el lizenziado Domingo Calbino Montenegro y Noguerol, Cabo diputado nonbrado por dicha ciudad para dichos ynfantes de pila della su jurisdicion y probincia, los dichos sus yjos no agan fuga en dicho biaje ni tanpoco lo agan en la presente canpana deste berano… se obligaban y obligaron en forma con las dichas sus personas y bienes de que los dichos ijos yran en dicha tropa… sin acer asusencia ninguna lo mismo asistiran esta presente Campana deste berano en dicho Exercito so pena que si la ycieren o tentaren acer ellos pagaran todos los danos… en las que fueren condenados… sin que por razon dello puedan replicar…».
No todas las jurisdicciones disponían de vecinos con los requisitos contemplados en el reclutamiento, de manera que tenían que recurrir al contrato de mercenarios , como el efectuado el 2 de Abril de 1667 y que se redactó como sigue:
«En el Barrio del Canpo de la feria feligresía de San Martín de Brabío, hestramuros de la ciudad de Vetancos… Presentes Pedro de Seoane, labrador y mayordomo de la feligresía de ssan Bisenso de Bigo y Pedro Martinez el moço y Juan de Ponte, labradores… dijeron que por si y los mas bezinos… por los que se obligan… de la una y de Mingos do Prado labrador bezino de la dicha feligresía… que estaban consertados… en que el dicho Domingo de Prado a de serbir de soldado ynfantte por la dicha feligresía… en la frontera de Portugal durante un ano que a de comensar a correr… desde oy día… el qual a de marchar en la primera tropa que despachare el muestre de Canpo Don Gabriel Goncales que asiste en esta ciudad, el qual a de ir en ella y asistir en la conpanía y tercio que le fuese senalada… le an de dar y pagar al dicho Domingo de Prado por serbir dicho ano treinta y tres ducados, los beinte y un ducados y medio aora… restantes… para primero de dizienbre que biene… y la otra mitad para P(roto) que biene del ano entrante… y demás a más le an de dar todo el Bestido necesario de casaca, calson, rropilla, xubón, pechina, medias, çapatos, camisas, sonbrero… presentes por testigos Pedro Barba Figueroa y domingos de ssantos, espadero, y alonso de gandara, herrador, bezinos de la dicha ciudad y barrio, e yo escribano doy fe… [Firmado] Antonio Sanjurjo Montenegro [Rúbrica].»
El abandono secular mostrado por La Corte hacia los problemas del Reino de Galicia, generó en nuestro espíritu la búsqueda de soluciones de propia factura y la necesidad de agudizar el ingenio, todo ello con serena paciencia y otra tanta templanza, únicamente rotas cuando su integridad territorial y el amparo de su pueblo se encontraban en peligro, momentos que la ciudad de Betanzos y su jurisdicción siempre superaron con airoso patriotismo.