• El molino de viento de San Martín de Meirás (I)

    19 noviembre 2013 • Blog

    Molino de viento de MeirásComo Delegado en Galicia del Centro Nacional de Molinos de Viento de España, una vez realizado el estudio y promovido la restauración del Molino de Viento del Boucelo por el que esto escribe, asumida por el Ayuntamiento de Miño con esmerado acierto (remitimos a nuestro trabajo El molino de Viento del Boucelo), vamos a referirnos al molino de viento de Meirás, que sirvió de modelo para el miñense, mediante el aporte de documentación inédita que nos permitirá dar a conocer la identidad del promotor, de los constructores y de su antigüedad.

    En la vecina parroquia de San Martin de Meirás, célebre por ubicarse en ella el Pazo de doña Emilia Pardo Bazán, hoy propiedad de los herederos del General Franco, donde pasaba buena parte de sus vacaciones estivales, existe un lugar llamado Molino de Viento que recibiría su bautismo por la construcción de uno de estos ingenios, que como fuerza motriz aprovechaba los vientos «mareiros» , y circunstancialmente los «curiscos», omnipresentes en nuestro litoral.

    Está situado este molino en un altozano desde el que se divisan la bahía de La Coruña y la Ría de Betanzos, a uno y otro lado, ante la inmensidad del Océano Atlántico que se pierde en el horizonte, y enmarcado por campiñas, montes y arboledas, como parte esencial de este paraje incomparable y paradisíaco en el que se conjugan todas las gamas de azules, verdes y parduzcos, sabiamente combinados en la paleta de la diosa naturaleza y seleccionados en alabanza de la tierra, el mar y el aire, tres de los cuatro elementos o principios de la física antigua.

    Sería levantado sobre una elevación artificial de terreno, a modo de plataforma circular, de unos treinta metros de diámetro aproximadamente y con una altura que oscila entre los dos a tres metros, sostenido por un muro de mampostería que lo ciñe, provisto de doble escalera que se abre hacia el Este, y por una rampa de servicio hacia el Noroeste, para facilitar el acceso de personas y carruajes a sendas puertas del molino. La puerta de entrada principal está orientada al Sureste y su oponente al Noroeste, y en el dintel derecho de la primera se hallan grabadas dos cruces como símbolos de vida y de fé, en búsqueda de protección para librar de cualquier mal a la actividad allí desarrollada.

    En seguimiento de la linea del clásico molino de viento mediterráneo, sería construido de mampostería asentada con argamasa, a cal y canto, para dotarlo de la fortaleza necesaria, con dinteles, marcos de la ventana, de las dos troneras y tejaroz de cantería, y solidez que ha permitido mantener erguida la estructura de la torre a pesar de su abandono. Sin embargo, el interior se halla desprovisto de cualquier elemento constructivo, incluso de los peldaños o piedras empotradas en los muros para conformar la escalera de caracol que conducía a la camareta (primera planta) y al moledero superior en el bajo tejado, si bien se conserva un pequeño hogar abierto en la planta baja con embocadura granítica. Tiene unas dimensiones de siete metros de altura y cinco de diámetro interior, y contaba con aspas fijas orientadas hacia los vientos dominantes y tejado a dos aguas.

    En la actualidad, alrededor del molino únicamente se conservan un castaño, un roble y un nogal de gran porte , amén de varios cepos de generosas proporciones, que nos hablan de robustos ejemplares nacidos espontáneamente entre las losas de pizarra que cubren el citado muro de contención, cuyas piedras yacen a su pie.

    Desconocida la época de su construcción por el propietario y los vecinos, quienes afirman que tiene más de cien años (y no sin razón, según veremos), se espera que sea declarado Bien de Interés Cultural por la Xunta de Galicia. Por nuestra parte ya queda catalogado en el Centro Nacional de Molinos de Viento de España, por considerarlo un monumento arquitectónico-etnográfico de especial significado, perteneciente a una etapa de la Historia económica de Galicia del Antiguo Régimen, a pesar de hallarse en el interior de una propiedad cerrada de muralla de la que es dueño don Ángel Prada desde 1986, y a quien se debe el cuidado de su entorno, con la esperanza de que las autoridades deparen en la conveniencia de su restauración y se proteja y conserve para las futuras generaciones.

    (Continuará)