Visita domiciliaria de San Roque
16 agosto 2013 • Blog
In memoriam de doña Josefa Guerrero Martinez, «Doña Pepita», a quien tuvimos el honor de conocer y el privilegio de tratar, fallecida el pasado día 13 en Caravaca de la Cruz, y madre de nuestro buen amigo Don José Antonio Melgares Guerrero, Cronista Oficial de dicha ciudad y de la Región de Murcia.
A nuestros días ha llegado el culto domiciliario a las advocaciones más íntimas. Recordamos la capillita con su asa y puertas que al recorrer el turno de sus devotos, se situaba en el lugar más importante de los hogares, generalmente con carácter mensual y día señalado en el que se la iluminaba y adornaba con flores. Estaba provista de una «boeta» o colecta en la base, con su ranura para introducir la limosna o «esmola», que las familias y visitas ofrecían por sus intenciones.
También era tradicional el rezo del rosario en familia ante la imagen. El orden de visitas era establecido por la camarera de la cofradía correspondiente, de manera que circulara sin problemas de casa en casa y de mano en mano, en seguimiento del turno establecido según va dicho.
De no efectuarse el donativo del anfitrión en metálico, se hacía entrega de la dádiva a la cofradía, como se hacía constar en el asiento contabilizado en 1719, en el libro de cuentas del «Santuario de Nuestra Señora del Carmen y el glorioso San Roque desta Ciudad», en el que puede leerse:
«Asimesmo me hago cargo de libra y media de cera que difirentes devotos dieron por entre año adonde fue la ymaxen de San Roque para enfermos que importa Doze reales». (Archivo Diocesano de Santiago. Culto de la Capilla de San Roque de Betanzos).
Un claro ejemplo de la devoción a nuestro Santo Patrono, que era conducido de visita domiciliaria a los enfermos, con el fin de confortar y aliviar su ánimo.