San Roque, patrono tutelar de Betanzos
Publicado en As Mariñas el 05/08/1994. Página 30.
La peste de 1348 y otras sucesivas fueron de tal virulencia que calificaron al siglo de la peste negra o muerte negra. La heroicidad de San Roque hizo que su devoción se extendiese por toda Europa Occidental, siendo rara la villa o ciudad que no le erigiera una ermita al abogado de la peste. Es así como las capillas, situadas en extramuros, nos señalan los lindes de las poblaciones en el siglo XIV.
Los vecinos de la entonces villa de Betanzos, movidos por la devoción al peregrino de Montpellier, le levantaron una ermita al borde del Campo de la Feria, colindante con la dehesa Real, y primera edificación que marcaría lineas para las construcciones posteriores, visibles en el denominado Cantón Grande.
En cuanto al Voto del pueblo de Betanzos a su Patrono, las noticias se remontan al año 1416, testimonio que promovió el solemne V Centenario, celebrado por todo lo alto, publicación incluida. La condición de Patrono TUTELAR tiene su origen en el año 1737, dato que hemos localizado en una Real Provisión del 18 de Julio de 1771, promovida por Don Francisco Antonio Tineo, Capitán General del Reino de Galicia.
Baste un ejemplo del aterrador cuadro que se presentaba con la aparición de la más temidda calamidad pública de la época: Gómez de Bamonde, una mañana del verano de 1598, antes de levantarse, comprueba que su mujer e hijo están contaminados, llama al médico y cirujano, le certifican su diagnóstico y las autoridades determinan su traslado para «Una casa hierma y solo, a donde les llevaron y estuvieron con guardas y por no poder andar a pié, les llevaron en una silla tres hombres con solas de camisas y con un ropón de cocheira, e no otro bestido». Estas y otra escenas generaron la lógica veneración y la Fe hacia el santo liberador del apocalíptico mal.
En las ordenanzas de la cofradía, conocidas las segundas y aprobadas en 1579, ya se habla de conmemorar la festividad de San Roque mediante «un juego de sortija» y «una máscara y regocijo de a caballo». Otras vivencias festivas desarrolladas durante los siglos pasados las conocemos por declaración de testigos presenciales. En el año 1670, declara Domingo Díaz de Caneiro, que «Consta que la Ciudad con mucho de vecinos, a que asistieron las Cofradías de la Ciudad, han echo Voto de que todos los mayordomos avian de hacer a dicha Cofradia las fiestas que se acostumbravan y el que no las hiciese avia de pagar 100 ducados y el vicario 50». En 1683 el Capitán Don Diego García de Losada, responde a un interrogatorio en el que revela que por no haber hecho fiestas los dos mayordomos y el vicario reedificaron la capilla de San Roque «La compusieron y levantaron mas Don Antonio Bugueiro y Don Antonio Ordones… y dice el testigo que en las ocasiones de dichas fiestas los vecinos de esta ciudad hacen sus papeles en máscaras y otras cosas concinientes a ellas…»; el año anterior para elegir por sorteo a los responsables de la organización de los festejos, lo realizaron «En un sombrero y se sacaron por un niño hixo (de) Antonio de Castro vécino de dicha Ciudad», documento que aparece firmado por el Teniente de Corregidor y varios regidores, este sorteo tenía lugar en la misma capilla el día siguiente a la festividad del Patrono.
En el año 1694, informa Pedro Núñez de Roibáns, cuidador de la ermita, que era «Obligación hazer fiestas públicas al Santo no solo en lo tocante a la iglesia y culto divino, con Misa Mayor, Sermón, sino también fiestas y regocijos públicos de Comedias, toros, máscaras, torneos y otros, y fuegos como se estila y acostumbra hazer en fiestas solegnes… y que sabe y que ess verdad que Don Alfonso de Aguiar y Don Baltasar Pardo en el año que su mayordomía (1672) an dado cada uno por no haber echo fiestas una lámpara de Plata que sube en las festividades del Santo las que recoge en que declara…».
La cantidad a satisfacer por no hacer las fíestas a quienes les correspondiera, se rebaja en el año 1694, según acuerdo de la Justicia y Regimiento con la participación de un gran número de vecinos, quedando establecida la aportación de 50 ducados para los mayordomos y 25 para los vicarios, cantidad que entregarían dentro del mes de Mayo de cada año, quienes tienen la «Obligación de hacer fuegos que a dos manos duren media ora y un fulión de noche».
En la sesión municipal del 6 de Julio de 1840, nuestro Ayuntamiento dispone los medios para la celebración de los festejos en honor a nuestro Patrono, el acuerdo establece: «Ciñendose la función a iluminación en el Campo con faroles y casas particulares, dos globos, tres danzas, fuego lo que consideren preciso, la música de Bartol y haciendo lo posible para que tenga lucimiento la función…».
El 15 de Agosto de 1948, se renovó el juramento con el expendedor y brillantez que la ocasión requería al imponer la Medalla de Oro de la Ciudad a la imagen del milagroso Peregrino, con la asistencia del Obispo titular de Santiago.
Betanzos de los Caballeros celebra un año más las fiestas en honor de San Roque, en cumplimiento del compromiso histórico asumido.