Pregones y bandos
Publicado en As Mariñas el 09/12/1994. Página 20.
Pasó por mi mano una instancia dirigida al Ayuntamiento de Betanzos para cubrir la vacante de Tambor de bandos, oficio que recuerdo ejercitado por Don Hipólito Sánchez Deive, en tiempos en que las restricciones del suministro de agua, de la «Traída», obligaba a los ciudadanos a seguir con sumo interés el contenido de los bandos, en los que se comunicaban las calles, días y horas que contarían con servicio, amén de otros temas.
Al mediodía partía del Consistorio, en cuyo esquinal a la Plaza situaba un ejemplar del bando; por la rúa do Castro bajaba tocando hasta la Puerta de la Villa, y pegaba otro en el lateral izquierdo de la primera casa de la Rúa Nueva, donde tenía establecida una tienda Doña Manuelita; de allí se dirigía al Colegio de Huérfanas, sede de la biblioteca municipal, en cuya fachada, lateral derecho, dejaba el tercero; por el Valdoncel continuaba hasta el Arco del Puente Nuevo, sujetando el cuarto en el costado de la almena derecha; pasaba por la Ribera para colocar el quinto en el exterior del Arco del Cristo, y el último quedaría en el Arco del Puente Viejo, en el lateral de la «Casa del Torrión». La expectación estaba garantizada.
En la actualidad, los pregones reviven el antiguo y práctico modo de publicar en voz alta aquello que interesa venga a noticia de tados. Si bien desviado hacia los grandes acontecimientos que señalan el sentir lúdico de la vida ciudadana, antepuesto a la necesidad de este medio en tiempos pretéritos.
Por su parte, el bando no es otra cosa sino publicar una ley o mandato. Es así como la ley 3ª, tít. 22, lib. 7º de la Novísima Recopilación dispone que los bandos de policía sean obligatorios, en su cumplimiento, para toda clase de personas, sin distinción de clase ni fuero, disposición que no ofreció tipo alguno de duda durante varias centurias.
En horas difíciles de nuestra historia, en las que siempre algo se reguló, aparecen artículos como el 75 de la Ley del 8 de Enero de 1845, en cuyo párrafo 6º se autorizaba a los alcaldes para publicar bandos cuando lo creyeran conveniente, bajo la imposición del preceptivo permiso del Gobernador provincial para los relativos a intereses permanentes o de constante observancia.
Lógicamente, la Ley municipal del 20 de Agosto de 1870 derogaría la antecedente al disponer en el párrafo 2º del artículo «que el alcalde, como jefe de la Administración municipal, es el encargado de la publicación y ejecución de los acuerdos del Ayuntamiento, a cuyo efecto dictará los bandos y disposiciones convenientes». Facultad que en nuestros días asume el Alcalde sin limitación alguna.
Cumple presentar seguidamente una seleccion de certificaciones sobre bandos y pregones pertenecientes a diferentes épocas.
Sn el siglo XV (1466-67), Juan de Carballido contesta al interrogatorio del Arbitraje Tabera-Fonseca y «dize que se allo presente al pregon de la dicha provision que se dio en la dicha çiudad de Betanços en la plaça del Castro y en la Rua Trabesa». Pleito publicado por Don Angel Rodríguez, Cronista Oficial de Santiago, en su magna obra «Las Fortificaciones de la Mitra Compostelana y los Irmandiños». El 20 de Enero de 1575, otras normas «se pregonaron… en la plaza mayor de la dicha ciudad y en la de payo fermoso y en las mas plasas della, e calles e lugares acostunbrados por Vasco Manteiga pregonero e oficial publico de la dicha ciudad». Pocos años después, el 6 de Octubre de 1591, se efectua «con son de atanbor a alta e yntelixibles voces en las placas y cantones publicos desta çiudad». En esta ocasión a cargo de «Pedro Leal, oficial público de la dicha ciudad».
El 15 de Abril de 1688, el escribano da «fee en como A mi presencia Manuel Fernandes ofiçial publico della en Voz Alta Publicó el Vando yncorporado en el Auto antezedente En las Plazas y partes Publicas de comerçio desta dicha ziudad». En 1725 «La Ciudad hacordo que para su execucion se fijen edictos en las partes publicas desta Ciudad a falta de Pregonero para que venga a noticia de todos».
Cuando el mandato tiene especial significado, se multiplican los puntos de situación de los edictos, como ocurrió el 19 de Febrero de 1814, ante el escribano del Ayuntamiento, donde hace constar que «he fijado en esta Ciudad por bando de Caja y Pito, que han tocado Manuel Seijas, tambor y Jose Lopez, Pito del Regimiento de Infanteria a que da nombre esta Ciudad de Betanzos, como han sido el uno en el frontis de la Casa Consistorial, el otro en uno de los Postes o culunas que hacen frente a la Puerta Principal que sale de esta misma Ciudrá a su Campo de la Feria; el otro en uno de los miembros o Costados de la Puerta que sale al Puente biejo, El otro en uno de los de la que lo hace al Paio Formoso y Rivera. El otro en el frontis de la Iglesia de la Parroquia de Sta. Maria del Azogue, Y el restante en la Puerta trabiesa de la Iglesia del Sr. Santiago para su notoriedad».
Son puntuales otros lugares menos acostumbrados. El 27 de Noviembre de 1792, aparece «uno en la puerta de la Alondiga publica de estta Ciudad». El 15 de Mayo de 1800, se situó «otro en la (puerta) de la del Combento de San Francisco», y en 1801 se colocó tambien «en la Puerta de la Iglesia del Conbento de Santo Domingo».
El 16 de Febrero de 1828, el Corregidor «dispuso la fijación de los seis edictos… por medio de Bando y a son de Caja y Pito en los sitios publicos y de costumbre de la Ciudad, a saber: las cuatro entradas y puertas, Casa Consistorial y Arco de la casa de Don Andrés Pérez en el Campo dela Feria», con testigos, «Alguaciles de Policía… y otros barios del Juzgado y Cuadrilleros», además de escribano.
En los sucesivos, nos encontramos que los bandos se continuaron publicando «con tambor y Pito» el 27 de Abril de 1832; «atoque de Caja», el 24 de Diciembre de 1835; «a toque de Caja de Guerra», el 7 de Noviembre de 1839, y hanciendo constar el nombre del ejecutor, el realizado el 21 de Noviembre de 1840, donde se precisa que se trata de «uno de cinco Edictos que atoque de Caja de guerra se han fijado por el veedor Pedro Garcia Villozás en los sitios mas publicos y de costumbre de esta Ciudad».
La instancia a que hemos hecho mención dice, textualmente, lo siguiente:
«Sres. Presidente y Vocales del Ylte. Ayuntamiento de esta Ciudad,
Manuel Puga, Tambor mayor licenciado del Ejercito, y residente en esta dicha Ciudad, a V.S. con el mayor respeto espone: Que hallandose vacante la plaza de tambor de bandos de la Corporación, por muerte de Manuel Barreiro que la obtenía, y reuniendo el esponente la aptitud y suficiencia necesarias para el desempeño de aquel destino, por el ejercicio de muchos años en tales funciones, rendidamente,
SUPLICA a V.S. que, caso de proveer dicha plaza en algun sugeto, se digne atender al que habla, en razon a que ademas de su buena conducta moral y politica, cuenta a no dudarlo, con la inteligencia precisa al efecto.
Asi lo espera merecer de la filantropía y justificación de V.S. Betanzos y Julio 8, de 1849. [Firmado] Manuel Puga [Rubricado]».
Al día siguiente la Corporación acuerda conceder la plaza vacante al solicitante «con la misma asignación que estaba señalada al que la desempeñaba… [Firmado] Gonzalez, Núñez, Quiroga, Garcia, Castro, Patiño, Varela [Rúbricas]».
La plaza del tambor de bandos de la Corporación, que recuerdo, se nutría de la Banda de Música Municipal de Betanzos, felizmente recuperada, aunque su caja no participe en los bandos del Alcalde.
El último bando, a son de tambor, fue leído por pregonero en la sesión de apertura del XIV Congreso Nacional de la Asociación Española de Cronistas Oficiales, en la Sala Capitular del Ayuntamiento de Betanzos, al no haber sido posible hacerlo en la plaza pública a causa del mal tiempo, el 9 de Octubre de 1987, a las 20,00 horas.