• La Galera y sus hórreos

    Publicado en el Programa Oficial de la XXII Vuelta Ciclista a la Comarca Brigantina el 04/05/2003. Página 97.

    La Galera a principios del siglo XX, por KsadoLa conformación del paseo de La Galera por las márgenes del río Mendo abre nuevas expectativas a los ociosos que pasean por sus riberas, con la posibilidad de transitar en bicicleta por el entorno de la urbe, en un ejercicio que no podía practicarse en nuestra juventud y mucho menos en pasadas centurias, como vamos a ver en esta incursión morfológica.

    Una vez perdido el valor defensivo de las murallas de la ciudad, el ayuntamiento consintió el arrimo de casas a ambos lados de la cerca, mediante foros que contribuyeran al incremento de los Propios, para con ellos satisfacer las necesidades de la república, o mejor, para reducir el sempiterno déficit de sus arcas.

    El 28 de Abril de 1603 se personaron en la escribanía de Don Alonso López Ballo los vecinos de Betanzos Juan Varela, el viejo, y el labrador Domingo de Bentossa, para formalizar una escritura de foro sobre «una plaça de una casa sita en la puente nueva desta çiudad… y topa en casa de Alonso Pardo labrador y en huerta de Pedro Conde y en el camino que ba para el Baldoncel…» (Archivo Histórico Notarial de La Coruña. Protocolo 91, folio 54). Un camino que enlazaba con la salida del postigo del Hórreo y continuaba por la Dehesa de Cachiñas y las Huertas hasta el antiguo Puente de Las Cascas. Sobre parte de este camino se construiría, en el siglo XVIII, la Vereda o Camino Real a Castilla, la conocida carretera Madrid – La Coruña, que abriría el acceso al Campo de la Feria desde el Puente Nuevo bordeando la muralla de la ciudad, salvando el desnivel existente en el Valdoncel mediante relleno sostenido por un muro de contención.

    Para el que esto escribe, el documento anterior arroja otras lecturas relacionadas con una familia muy querida por todos; el foro que otorga Varela a Bentossa se nos ocurre precursor de su homónimo «Ventosa», que tanto tuvo y tiene que ver con el ciclismo y las Vueltas a la Comarca Brigantina, por parte de los pioneros Don Juan y Don Manuel García Maceira, y los hijos de este último, los hermanos García Varela, toda una saga de buen hacer en el prestigioso establecimiento del ramo que abría sus puertas a la Calle del Valdoncel, y que con nuevos bríos mantienen en la Avenida Manuel Fraga Iribarne.

    En las cuentas de la Renta de Propios correspondiente al año 1751, encontramos un asiento muy significativo para nuestro intento, dice así: «Perzive dicha Ciudad dos reales y diez y seis maravedis cada año por el arrimo a la muralla de el sitio o Juncal de Galera que posee Don Manuel Muñiz» (Archivo del Reino de Galicia. Caja 419, folio 1.255). Un juncal que habría de urbanizarse en la parte aprovechable para la construcción de viviendas, en ambos bordes de la citada carretera colindate con el río Mendo y el Puente Nuevo.

    Con la introducción del maíz en Galicia a principios del siglo XVII, algunos labradores ribereños tuvieron la feliz y práctica idea de situar hórreos a lo largo del Peirao y de La Galera. El permiso para su instalación se obtenía por concesión del Ayuntamiento, una costumbre que se mantuvo hasta el siglo pasado, según se observa en la sesión municipal del 15 de noviembre de 1907, siendo alcalde Don Calixto Leis y Ponte, en la que:

    «También se acordó que la propia Comisión (de Obras) después de haber manifestado el Sr. Sánchez Cordero que se estableciera una base para la concesión de Hórreos en la calle de la Galera, informe una instancia de Don Francisco Otero da Torre, solicitando permiso para construir un hórreo y colocarlo a dos metros de distancia del que en la citada calle de la Galera, tiene Doña Dolores Folla Ilanes» (Archivo Municipal de Betanzos. Caja 40).

    Estos hórreos se integraron en el conjunto con el ambivalente carácter práctico y monumental que los caracteriza, para señalar el paisaje de la parte más pintoresca de la ciudad, al presentarse como joyeros de la cosecha, mecidos en las aguas del Mendo en la pleamar, y luciendo las doradas espigas que secan a favor del «vento mareiro».

    El pensamiento antecedente fue el móvil del escrito que presentamos ante nuestro Ayuntamiento el 16 de junio de 1983, registro de entrada 1.184, en defensa de los hórreos de Betanzos; dice textualmente:

    «AL DELEGADO DE CULTURA DEL EXCMO. AYUNTAMIENTO – BETANZOS

     

     

    LOS HÓRREOS DE LA GALERA

    Frankowski en 1917 realiza un estudio sobre el Hórreo gallego, mencionando los 15 ejemplares palafíticos existentes en Betanzos, de los que más tarde también se preocuparía el gran maestro Castelao. Pérez Lugin selecciona las orillas del Mendo para escenario de la primera película «La Casa de la Troya».
    Desgraciadamente, en ese mismo lugar se conservan en la actualidad cuatro, en malas condiciones y en peores si quieren verse, dado que una industria de armazones metálicas prohíbe el acceso mediante el almacenaje o cuando menos apoyo de piezas en su contorno.

    Es necesaria una campaña para salvar los hórreos de Betanzos, y otra para restituir los desaparecidos del Peirao, por lo que sugiero al Excmo. Ayuntamiento tome en consideración mi opinión sobre el particular:

    1º) Limpieza y restauración de los hórreos de la Galera impidiendo que la zona sea un basurero y sea factible de ser visitada por cualquier interesado en verlos.

    2º) Situar en los huecos para jardines en el Peirao nuevos hórreos, que devuelvan a la zona sino su carácter originario, por lo menos el ambiente natural. Podría hacerse mediante donaciones de construcciones por parte de asociaciones de vecinos, entidades culturales, bancarias u organismos oficiales».

    Recuperados parte de los hórreos de La Galera en el nuevo paseo, quedan pendiente otras actuaciones en el mismo sentido, para devolver el sabor costumbrista y genuino a las zonas que sufrieron el mal entendido progreso, por construirse lo nuevo sin conservar lo antiguo y tradicional, en detrimento de nuestra Cultura.