La compra de la mula para el carro de la limpieza en 1895
29 diciembre 2012 • Blog
El ayuntamiento de Betanzos aprobaría nuevas ordenanzas en la sesión celebrada el 26 de noviembre de 1894, en cuyo Título V, capítulo 1º, disponía la normativa sobre la limpieza de calles y plazas. En el artículo 93, se regulaba lo siguiente:
«Todos los habitantes de las casas, tanto en la Ciudad como en los arrabales, tienen obligación de barrer diariamente hasta las ocho de la mañana en verano y hasta las nueve en invierno, las aceras de sus casas, dejando las basuras en el centro de la calle ó plaza para que las puedan recojer los encargados de la limpieza» (Impreso de nuestro archivo particular).
Una entre otras medidas sobre higiene pública ya presentes, con lógicas variantes en razón de la época, en las homólogas promulgadas por los Reyes Católicos en 1490 (En nuestra Historia documentada de Betanzos de los Caballeros – siglos XV-XVI. Tomo I. Pág. 102).
Un año después, el 23 de octubre de 1895, se reunía el concejo en sesión bajo la presidencia de su alcalde, don Claudio Ares Lorenzo, quien manifestaba a la corporación que entre otros asuntos a tratar según el orden del día establecido, se contemplaba:
«…la adquisición de una mula para el carro de la limpieza de las calles y plazas de la población, adquisición que conceptuaba de suma utilidad por cuanto este servicio se estaba haciendo con dificultad y mayor gasto que el que se ocasionaría con la compra por el Ayuntamiento de una mula, que además de la economía de tiempo, proporciona la utilidad de destinarla al arrastre de materiales que constantemente se emplean en la reparación de calles y plazas…» (Archivo Municipal de Betanzos. Caja 34, sin catalogar).
Por supuesto, la moción sería aprobada por unanimidad de los asistentes, habida cuenta que la adquisición del cuadrúpedo no «llegó ni con mucho a Quinientas pesetas», incluidos «los Atalajes necesarios» o ajuar para la mula, autorizándose para efectuar la inversión a dicho alcalde y a su teniente don Tomás Lareo Janeiro.
Recordamos a don Gerardo Vidal Camino «Pinica» y a León, conduciendo la mula que tiraba del carro de recogida de basuras o «El carro del polvo», como también era conocido, en los años sesenta del pasado siglo, en idéntica disposición como la que presenta la foto que acompaña este artículo: el primero a un costado, para controlar las paradas, y el segundo detrás, para cargar las inmundicias.