• Fletes con transporte de abono para las heredades en el s.XVIII

    19 enero 2013 • Blog

    Los bancales que descienden hasta el río Mandeo. Foto Ferrer. Archivo del autor.Desde muy temprana edad tuve la oportunidad de conocer al dedillo las riberas del Mandeo y de la Ría de Betanzos, merced a las explicaciones de mi padre, que solía llevarme a bordo del «Rex» o de la «Nora», sus embarcaciones de recreo para la práctica de la pesca deportiva, río arriba o río abajo, respectivamente, en razón a su resistencia y adaptación al medio.

    Con relativa frecuencia, a primeras horas de la mañana o de la tarde, navegaban otros botes, bucetas, chalupas, traineras, lanchas y «xeiteiros», en general todo tipo de pequeños barcos de ribera y alguno que otro de pesca del litoral, cargados con estiércoles que los labradores de Betanzos transportaban desde las cortes de sus casas para el abono de las heredades, y de regreso con junco y broza para abrigo del ganado y formación de «estrume» o esquilmo.

    Siguen siendo minifundios que cuelgan y se deslizan desde lo alto de las colinas hasta acariciar las aguas, y espacios tan prodigiosamente aprovechados y tan bien cultivados, que merecieron ser reconocidos como las tierras mejor trabajadas de Galicia; y sus productos, los más selectos del país, exaltados por el cancionero galaico. Las pendientes más abruptas serían escarbadas por nuestros antepasados, para dar origen a los singulares bancales o parterres escalonados que se adornan de viñedos, auténticos jardines báquicos que se pierden en las aguas, magistralmente estudiados por el francés Abel Bouhier en su incomparable obra «La Galice».

    Desde tiempo inmemorial, los labradores que no disponían de embarcación propia para el transporte del estiércol se veían avocados a fletar alguna de las del puerto de Betanzos, destinadas para este fin en tiempos de siembra y de recolección. El 17 de mayo de 1758, se producía una reclamación por incumplimiento de uno de estos fletes, con destino «…a una guerta… que se halla bajo la Monteria de Rivalta, y esteiro que alli ay testante con dha guerta…», en la Ría de Betanzos y junqueras cercanas al lugar de Miodelo:

    «Alonso Rez de Sotto en nre (nombre) de Franco (Francisco) ferro marinero matriculado deste Puerto, y Patron de su Dorna vecino de esta ciudad … digo qe Pedro Casqueiro Carro de la misma vecind (vecindad), solicito a mi pte (parte) a que le condugese en dha su Dorna un flete o carga de estiercol pª una leira que tiene en el sitio de Ribalta sin haber entre los dos hecho ajuste por ser prezio Corrie (corriente) el de quatro rrs. vn. (reales vellón) por cada Carga y de la Obligaon (obligación) de dha mi parte u otro qualquiera patron llegar con su enbarcacn (embarcación) hasta donde mas pueda y le permita la agua en plena mar y con efecto haviendolo executado asi y llegado a un esteiro (estero) vien immediato a dha Leyra deviendo el referido Casqueiro descargar la expresada Dorna, la tarde del Viernes doze del Corte (corriente) lo qe hizo fue expresar a dha mi parte qe no tenia gente vastante pedirle le dejase quedar dha Dorna hasta el Sgte Dia que pr la mañana la descargaria y haviendo pasado a ber si lo cumplia asi la allo en la propia forma que la dejara sin qe desde entonzes acá hubiese modo de lograr de el ni que desalijase dha Dorna ni qe le pagase dho flete, de que se sigue que siendo en la preste. (presente) estacion la en qe., para la siembra de los maizes se conduzen a la continua los estiercoles y regularmte. cada dia se hazen dos fletes, se alla dha mi pte. desfalcada de la satisfaon (satisfacción) de aquel, de Dos del dia Sabado, otros dos del de oy y de los mas en qe. continue la mala fee y Voluntad de dho Carro en no desembarazar la expresada Dorna qe. no lo hará en todo el año si a ello no se le apremia… [Firmado] Alonso Rodriguez de Soto [Rúbrica]» (Archivo del autor, escrituras particulares, siglo XVIII).

    Ya son una rareza las embarcaciones tradicionales que se amarran en los muelles y puerto de Betanzos, de las que ha dejado un fiel testimonio para la memoria el profesor Staffan Mörling, gallego de Escandinavia, en su gran obra «Las embarcaciones tradicionales de Galicia«, publicada por la Consellería de Pesca en 1984, para quien nuestra ciudad «contribuyó a la inspiración que hizo posible esta obra», según manifiesta en la gentil dedicatoria que me brindó.