• El velódromo de Betanzos

    Publicado en el Programa Oficial de la XXIII Vuelta Ciclista a la Comarca Brigantina el 09/05/2004. Página 95.

    Para la instalación de la estación ferroviaria de Betanzos, fue preciso rellenar una gran parte de los juncales existentes en las orillas de los cauces fluviales, de manera que pudieran aprovecharse los terrenos restantes para futuras actuaciones.

    En la sesión municipal del 17 de marzo de 1924, siendo alcalde el Ilmo. Sr. Don Emilio Romay Montoto, se acuerda subastar el arrendamiento de la «Explanada del Puentenuevo», como eran conocidos los terrenos del otro lado del Puente Nuevo, inmediatos a la estación y sus construcciones anexas.

    En una de las primeras sesiones de la II República, el 30 de junio de 1931, tumultuosa como todas aunque marcada por las ansias de renovación imperantes, tiene lugar una significada iniciativa, a propuesta de Don Manuel Villuendas Pena, que mereció ser registrada en el Libro de Actas Capitulares:

    «El Sr. Villuendas dice que debe hacerse un parque que lleve el nombre de Pablo Iglesias».

    Sin duda, con la mirada puesta en buena parte de la citada «Explanada», como con gran acierto se llevaría a feliz término.

    Esta última actuación aprovechó la mayor parte de los terrenos disponibles por el ayuntamiento, de manera que el acuerdo adoptado el 2 de agosto de 1938, para dotar a la ciudad de un Campo de Deportes en la Magdalena, había tenido que dilatarse por falta de terreno y por no contar con suficientes medios para su compra o expropiación, entre otras razones no ajenas al estado de guerra en que se encontraba sumido el País.

    Finalizada la contienda y siendo alcalde de la ciudad el ilustre abogado Don Manuel Álvarez García, el Ayuntamiento, en sesión del 2 de septiembre de 1940, acuerda que se le encargue al técnico Don Carlos Peña Rodríguez la confección del pertinente estudio para la «Expropiación y planos de los terrenos para un Campo de Deportes».

    Habrían de transcurrir dos años para que este proyecto se hiciera realidad, un periodo comprensible en tiempos de posguerra, cuando la atención se centraba en cubrir otras necesidades prioritarias, y así fue como en la sesión municipal del 2 de junio de 1942, el ayuntamiento da su aprobación a una serie «de suplementos y habilitaciones de crédito», entre las que se encontraba la establecida para iniciar la construcción «del Parque Municipal de Deportes», por un importe de 15.000 ptas., según el proyecto del intelectual y perito Sr. Peña, a quien según va dicho se le había encomendado.

    Se construyó el Campo de Fútbol, como lo conocíamos en la población, con las carencias propias de la época aunque con la pasión y el orgullo de contar la ciudad con un lugar específico para la práctica deportiva. Esta realidad ha quedado reflejada en la sesión municipal del 4 de agosto de 1949, en cuya Acta puede leerse:

    «Diose cuenta de una carta de la Unión Velocipédica Española, que suscribe el Delegado provincial de la misma, interesando se le ceda el Campo destinado a fútbol para que sin perjuicio de que se siga utilizando para carreras ciclistas, en la forma y términos que la citada carta expresa.
    Y la Excma. Corporación municipal acordó por unanimidad conceder la autorización solicitada y comunicárselo al peticionario».

    Este apoyo al ciclismo habría de redundar en las consecuciones que, a posteriori, situarían a este deporte entre los preferidos por nuestra sociedad en general y brigantina en particular, como viene demostrando el Club Ciclista de Betanzos en las Vueltas Ciclistas que con tanto éxito organiza.