El Dr. Pasteur trata a un brigantino mordido por un perro rabioso
20 octubre 2012 • Blog
El descubrimiento de la vacuna antirrábica por el químico francés Louis Pasteur adquiere relevancia internacional con la salvación de Josef Meister, en el verano de 1885, un niño alsaciano de nueve años que había sido mordido por un perro rabioso. A partir del exitoso tratamiento, su laboratorio de París atendería a cerca de 2.000 heridos en tan sólo un año, y coincidiendo con la aparición de los Anales del Instituto Pasteur, en cuyo primer número publicaba un trabajo sobre la rabia, habría de asistir a José Gondell Veiga, vecino de Betanzos, enviado a su consulta con el propósito de salvarle la vida, merced al empeño de las autoridades locales y del alcalde Don Cesar Sánchez San Martín.
El ayuntamiento, en consideración a las circunstancias personales que concurrían en este vecino, acordaba en la sesión municipal del 21 de Marzo de 1887 lo siguiente:
«El Ayuntamiento en consideración a la desgracia ocurrida a José Gondell Veiga vecino de esta Ciudad de haber sido mordido por un perro hidrófilo. teniendo que pasar inmediatamente a Paris a ser operado por el Doctor Pasteur, y con el fin de remediar en parte su desgracia, para atender a los gastos que con tal objeto se le irrogan, acuerda que por cuenta de los fondos municipales se le entreguen cien pesetas por ser pobre de solemnidad» (Archivo Municipal de Betanzos. Caja 31. Sin catalogar).
La aportación de la municipalidad no alcanzaba para sufragar los gastos del viaje, estancia, atención clínica e imprevistos, por cuya razón la Ciudad elevaría una petición a las autoridades provinciales para que colaborasen. El resultado de su gestión se vería reflejado en la sesión municipal del siguiente 4 de abril, en la que se daba cuenta de un oficio del Gobernador Civil de la Provincia, de fecha 28 del mes anterior, en el que trasladaba la resolución del Sr. Vicepresidente de la Comisión provincial, en los siguientes términos:
«…ha acordado como caso urgente subvencionar a José Gondell Veiga vecino de esta Ciudad por cuenta del capítulo de calamidades del presupuesto provincial a calidad de reintegro por este Ayuntamiento con la cantidad de quinientas pesetas a fin de que pueda ir a París con objeto de someterse al tratamiento del Doctor Pasteur» (Ibidem).
Queda claro que aunque el ayuntamiento de Betanzos tenía vacías sus arcas, no dejaba de atender las graves urgencias vecinales, como lo efectuaba en esta ocasión por la mordedura de un perro rabioso.