• Betanzos: la llave de la Semana Santa

    1 abril 2015 • Blog

    Fachada del convento de las Madres Agustinas RecoletasSi bien nuestra Semana Santa ha tenido que adaptarse al ritmo de los tiempos mediante la creación de una cofradía específica que engloba el conjunto de las antiguas, desaparecidas por mor de la estructuración eclesiástica padecida por esta ciudad en los últimos años y sobre todo por la inconsistencia de los responsables de las respectivas congregaciones, todavía se conservan tradiciones desde tiempo inmemorial que mantienen vivos el espíritu y sentimientos forjados por nuestros antepasados para celebrar la Semana Mayor de la Iglesia Católica (véase nuestro trabajo Nuevas ordenanzas del Gremio de Zapateros en el siglo XVIII. Los Pasos de las cofradías gremiales en la Procesión del Jueves Santo, en el Programa Oficial de Festejos 2007).

    Es bien sabido que la Justicia y Regimiento era patrono del Hospital Real de Nuestra Señora de la Anunciata (siglo XIV), y posición que mantiene hasta nuestros días a pesar de los avatares y entresijos a que se vió sometida dicha fundación (Véase en nuestra Historia Documentada de Betanzos de los Caballeros – Siglos XV Y XVI, tomo I, página 272), hasta el establecimiento del convento de la M.M. Agustinas Recoletas, por escritura otorgada ante el escribano Pedro de Montaos, del número de Betanzos, el 4 de enero de 1681 (Archivo del Reino de Galicia. Legajo 29.647-54, según tratamos en nuestra obra Morfología Urbana de Betanzos).

    En razón al mencionado patronazgo, en el transcurso de los oficios del Jueves Santo y una vez que es abierto el Sagrario para trasladar la Sagrada Forma al monumento que al efecto se instala para su adoración por los fieles, el oficiante le impone a la primera autoridad municipal, como único patrono «in solidum» que es el ayuntamiento, la llave del Santuario que le será requerida en los correspondientes al Viernes Santo, en el momento en que retorna el Santísimo para el Altar Mayor. Es un privilegio de la ciudad que viene repitiéndose año tras año desde tiempo inmemorial y documentado desde hace trescientos treinta y cuatro años:

    «…Y para mayor reconocimiento de dho patronato, poner por condición expresa unas y otras partes, de que la llave de la Custodia en que se encierra el Santísimo Sacramento en el monumento el dia de Jueves Santo hasta el Viernes siguiente que se saca de dha Custodia, en cada una año que se pusiere dho monumento en dho Convento, se haya de depositar y entregar y se deposite y entregue a uno de los Caballeros Regidores de esta dha Ciudad, de voz y boto en su Ayuntamiento, que sea el que eligiere la M. Priora del dho Convento que al tiempo fuere, y con que la tal persona sea actualmente Regidor de dha Ciudad…» (Ibídem).

    Debe entenderse que esta obligación se venía ejerciendo por los gobernantes de las instituciones y de las órdenes religiosas que lo habían administrado con anterioridad a las reverendas madres agustinas, y que para este ceremonial no se utiliza la propia llave de la Custodia donde se guarda el Santísimo sino otra llave simbólica elaborada al efecto, que lucirá el Sr. Alcalde o quien lo represente colgada del cuello hasta el día siguiente de Viernes Santo.

    Salvo por circunstancias extraordinarias, como el obligado abandono del Convento por las monjas en periodos revolucionarios, este privilegio se mantendría vigente a lo largo de la Historia. La primera de las interrupciones tendría lugar en el año 1724, según declara don Juan José de Puzo y Aguiar, rector de la iglesia matriz y parroquial de Santiago y abogado fiscal de la Reverenda Cámara Apostólica:

    «…podra Vmd Señalar quando Ynforme Judicial o extrajudicialmente Como de que en este dho año no ubo Regidor qe llevase la llave del Monumento de la Ygla de las Madres donde dha Ciudad es Patrono y de lo más que a Vmd Consta y reconoce que si los subperiores lo supieran Mandaran sin duda observar dhos decretos y declaraciones de la Sagrada Congregación de Ritos los que sin tan Notorios motivos de Yrreverencia y avaricia estan Mandados observar en todas las Yglesias así seculares como regulares…» (Ibídem. Real Audiencia. Legajo 5.110-4).

    Un caso excepcional forjado en el contexto de la elección de fabriquero de dicha iglesia, por diferencias surgidas entre el mencionado rector con la cofradía del Clero de Betanzos, que se solventarían en los estrados de la Real Audiencia, sobre el derecho de su nombramiento por la Justicia y Regimiento de dicha ciudad el día de la Purificación de Nuestra Señora o de la Candelaria. Por otra parte, se trata de la primera conminación respecto a la observancia de ritos de la Iglesia, instituida por Sixto V el 22 de enero 1588 con la bula «Immensa Aeterni Dei», que de aplicarse pondría en peligro el futuro del compromiso contraído en la mencionada escritura fundacional.

    Escudo imperial, en la fachada del ConventoTampoco se celebrarían en el año 1809 en plena Guerra por la Independencia por la ocupación de Betanzos por el Ejército Francés, que destinaría los conventos establecidos en la ciudad para el alojamiento de sus tropas. Lo mismo que sucedió en el año 1936 con su exclaustración, lo que motivaría que al regreso de las RR. MM. Agustinas, el ayuntamiento en la sesión del primero de marzo de 1937 acordara facultar a don Santiago Moretón Simón «…quien solicitó la reimplantación de la asistencia del Ayto a los actos de Semana Santa en las Agustinas y a la procesión del Santo Entierro…», para que procediese a la restauración y arreglo de los trajes de los acompañantes de la Corporación, debido a que «…la idumentaria (sic) de maceros y alguaciles, aparece con detrimentos producidos por un líquido corrosivo, debido á una mano criminal…» (Véase nuestro trabajo Insignias Jurisdiccionales de la Ciudad de Betanzos de los Caballeros, programa oficial de festejos 2003).

    En el periódico local OTRO PUEBLO, del 30 de marzo de 1902, se dedica un apartado a los actos celebrados durante «La Semana Santa en Betanzos», en el que sobre el particular expone que:

    «…Como en años anteriores á las diez de la mañana del jueves santo, una comisión de nuestro Ayuntamiento presidida por el Alcalde, concurrió a los divinos Oficios celebrados en la iglesia del convento de Madres Agustinas. A dicha autoridad se le hace entrega de la llave simbólica del sagrario, que es de plata sujeta con dorado cordón, para poder traerla pendiente del cuello, hasta el siguiente viernes santo en que presidiendo la misma comisión, concurre al conmovedor acto de la adoración de la cruz y devuelve dicha llave. En este acto hace también entrega, nuestra autoridad local, de la ofrenda de diez duros…».

    Una ofrenda que en la actualidad asciende a doscientos euros, y que se entregan dentro de un sobre oficial.

    Otra crónica sobre la citada ceremonia, aparece publicada en el periódico local LA DEFENSA, en el número del 19 de abril de 1908, en cuyas Notas Brigantinas puede leerse:

    «…El señor Alcalde D. Calixto Leis, reconciliado con la Iglesia Católica, concurrió á los oficios de la iglesia conventual de las RR.MM. Agustinas, honrándose con la llave de la urna en que se encerró al Señor de los señores.

    …y que aunque la Sagrada Congregación de Ritos tiene prohibido tales deferencias nada menos que por once decretos en los que previene que la llave se entregue al sacerdote que haya de celebrar los oficios del día siguiente, no se quiso interrumpir sin duda para mayor realce al caso de habérsele levantado la excomunión con que castiga la bula Apostolicae Sedis á los que obligasen á enterrar en lugar sagrado los cadáveres de las personas á quienes por derecho les está negada… «.

    La referencia a la recuperación de la concordia del alcalde Sr. Leis, viene dada por las sucesivas denuncias que elevó ante altas instancias del Estado en defensa del patrimonio monumental de la ciudad, gravemente atacado por los responsables de la Iglesia en la localidad. En cuánto a la bula de Pío IX, había sido emitida el 12 de octubre de 1869 con el título «Apostolicae Sedis Moderationi», que no tendría aplicación para el antiguo privilegio de la Justicia y Regimiento de Betanzos, como se ha podido comprobar.

    Con motivo de las últimas exclaustraciones de la comunidad, según va dicho, la primera al proclamarse la segunda República, en que las monjas se vieron obligadas a desalojar el Convento a las siete de la mañana del 14 de mayo de 1931, para regresar el 19 de junio siguiente, y la segunda el 19 de febrero de 1936, tras haber subido al poder el Frente Popular y verse amenazadas por el gentío concentrado ante el mismo, se extraviaron algunos objetos de pequeño porte y entre ellos la simbólica llave.

    La llave del sagrarioA mediados de los años cincuenta, el Alcalde don Tomás Dapena Espinosa asumió la recuperación de alguno de los símbolos del protocolo municipal, que asimismo habían sucumbido en aquellos tumultuosos años, y entre ellos la susodicha llave del Sagrario. En este terreno, le habría de pedir a su ilustre amigo y académico el artista don Rafael Barros Merino la realización del diseño, y el encargo de la pieza a la joyería Malde de La Coruña, que realizó una extraordinaria labra en plata dorada que la Ciudad regaló a la Comunidad de las M.M. Agustinas, artística joya de la que previamente a su donación se tomó la fotografía que presentamos, perteneciente a nuestro archivo particular, y que desde entonces forma parte del ceremonial.

    El ayuntamiento en forma de ciudad, acompañado de la guardia municipal y el portero, aunque sin el Pendón Real, alguaciles, maceros y la guardia de honor, sale del Palacio Consistorial quince minutos antes de la celebración de los oficios divinos del Jueves Santo hacia la iglesia del Convento de las M.M. Agustinas Recoletas, en la que ocupa un lugar preeminente, y una vez finalizados regresa con el mismo orden y concierto a la Casa del Consistorio o Casa Grande. Al día siguiente, Viernes Santo, vuelve a salir la comitiva con idéntico protocolo.

    La Corporación municipal formada en enero de 1961, estaba compuesta por don Tomás Dapena Espinosa, Alcalde; don José Antonio Míguez Rodríguez y don José Luis Fernández Barreiro, Tenientes de Alcalde; don Jaime Manuel Moretón Vico, don Angel Sánchez Fraga, don Enrique Sanz Ares, don Antonio Concheiro Caamaño, don Isauro Rodríguez Pombo, don Alfredo Vía Dopico, don José Alvárez Alvárez, don José Pérez Fariña, don Luciano Garnelo Vázquez y don Manuel Loureda Pereira, Concejales; don Federico Larios Tabuenca, Secretario, y don Pedro Navaza Taibo, Depositario, que sería la que tomaría las siguientes decisiones y acuerdos.

    Aquella magnífica pieza serviría de acicate para llevar a cabo otras iniciativas, como la propuesta en la sesión extraordinaria del 25 de noviembre de 1964, a la hora de seleccionar los proyectos para la realización de las medallas e insignias corporativas, necesarias para mantener a debido nivel el protocolo municipal, en cuya selección participaría el mismo artista :

    «…De los dibujos realizados para la confección de la Medalla representativa del cargo de Concejal de este Ayuntamiento, acordando por unanimidad adoptar el formado por Don Rafael Barros, y que con sujeción al mismo se encarguen 20 medallas de plata e igual número de botones de solapa a la joyería Malde de la Coruña…».

    Que contaría con un presupuesto aproximado de 15.000.- pesetas, según se aprobaba en la sesión municipal del 19 de mayo de 1965, hace cincuenta años, a punto de convocarse los Juegos Florales en conmemoración del V Centenario de la elevación de la urbe brigantina al título de Ciudad, en los que intervinimos muy activamente.

    Sólo resta hacer un llamamiento para que participen en nuestra Semana Santa, como devotos o aunque sea de simples espectadores, no la olvidarán. Merece la pena vivir la Semana de Pasión de Las Mariñas por excelencia, disfrutar del recogimiento de los templos de su capital y del sosiego que ofrece el incomparable marco del recinto medieval de Betanzos. Esa quietud tradicional cesa al ritmo de la marcha de los «…Pasos de Semana Santa en que además del tambor, pito ó flautín y cornetín figuraba una trompa muy parcamente utilizada…», composición recogida por Martinez Santiso en 1880, seguida en el silencio por penitentes, nazarenos, costaleros y cofrades, entre la muchedumbre que ilumina los cortejos con la tenue luz de las candelas, en las noches privadas de lámparas eléctricas.

    El gran nivel alcanzado por la Cofradía de la Semana Santa de Betanzos, el magnífico y amplio programa de actos cívicos y religiosos que organiza en colaboración con las parroquias y el ayuntamiento, y los grandiosos desfiles procesionales con los respectivos pasos sobre andas, que conducen tallas originales del siglo XVI en adelante, acompañados de gaiteros, de la banda de música municipal y otras invitadas, tienen ganado con merecida holgura su declaración como Bien de Interés Cultural, de la misma manera que es acreedora de figurar entre las de Interés Turístico de Galicia.